Incluir diferentes localidades de República Checa cuando se hace una planificación de viajes turísticos al continente europeo es una excelente idea. Este país ubicado en Europa Central brinda un sinfín de panoramas, los que son ideales, especialmente, para quienes gustan de la historia, la arquitectura y la naturaleza.
La República Checa es conocida por su rica historia y hermosa arquitectura medieval. Cuenta con imponentes castillos y sitios históricos que son el legado de grandes monarquías e imperios.
Su principal foco turístico es Praga, la capital, conocida como “la ciudad de las cien torres”. Sin embargo, también resaltan otras urbes, como Český Krumlov, Karlovy Vary y Kutná Hora.
Se estima que este país es visitado por más de 10 millones de turistas extranjeros cada año, quienes disfrutan de vacaciones en Praga y sus demás localidades atraídos por su rico patrimonio cultural, castillos, balnearios y reservas naturales.
Entre sus curiosidades, República Checa cuenta con una fuerte tradición cervecera, por lo que se pueden visitar múltiples cervecerías locales. ¡Pero hay mucho más que ver! Por eso, a continuación se presentan diversas actividades que no pueden faltar en la planificación de viajes turísticos a Praga y otras localidades en República Checa:
Es uno de los imperdibles. Fue hogar de reyes, emperadores y actualmente es el lugar de residencia de los presidentes checos. En sus instalaciones destacan la Catedral de San Vito, el convento de San Jorge y el Antiguo Palacio Real.
Este país tiene hermosas y grandes bibliotecas, como la del Monasterio de Strahov, con más de 200.000 libros, y la de Klementinum, que es considerada una de las más bonitas del mundo y cuenta con una vasta colección de libros que incluye más de 27.000 libros teológicos.
Las vacaciones en Praga también son ideales para la actividad física: se puede practicar running o andar en bicicleta disfrutando del deslumbrante paisaje de la ciudad. Una de las rutas más destacadas son los alrededores del Río Moldava, con una hermosa panorámica del Castillo de Praga. Otros barrios que vale la pena recorrer son Karlín, Holešovice, Trója, Letná.
República Checa, especialmente Praga, tiene un fuerte vínculo histórico con distintas religiones. Por ello, posee múltiples arquitecturas relacionadas con el mundo de la fe. Destacan las iglesias católicas Loreto, San Nicolás y de Nuestra Señora de la Victoria, así como la iglesia protestante San Nicolás y el barrio judío.
Estas son otras localidades de República Checa que se pueden visitar cuando se organiza un viaje a Praga y que pueden estar incluidas en paquetes de viajes turísticos:
Esta ciudad-balneario, cuyo nombre significa “los Baños de Carlos”, se ubica a 125 kilómetros de Praga. Ofrece un verde paisaje y fuentes termales, además de:
– Viajes en funiculares y visita al Mirador Diana, para una hermosa panorámica del área.
– Grandhotel Pupp, que destaca por su gran elegancia y por haber sido escenario de famosas películas, como Casino Royale de James Bond.
– 12 fuentes públicas, que se cobijan bajo hermosas columnatas, ofreciendo la posibilidad de disfrutar de sus aguas. En esa línea, también se puede visitar el Spa Imperial.
– Otros sitios de interés son la fábrica de cristal Moser, proveedor de casas reales europeas, y el Museo de Becherovka, un mítico licor de hierbas.
Considerado el pueblo más bonito del país, Český Krumlov ha sido Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1992.
Se pueden recorrer sus encantadoras calles, junto a otros atractivos:
– Su Castillo es su mayor atracción y ofrece la oportunidad de explorar la arquitectura medieval.
– Plaza de la Concordia, el corazón del pueblo, refleja la esencia de los tiempos pasados.
– El viaducto, ofrece hermosas panorámicas desde sus alturas y una bonita postal cuando se pasea a orillas del río Moldava, el que también puede recorrerse en balsa.
– El Museo Fotoatelier Seidel, no solo es ideal para visitar, sino que además para sacarse fotos.
– Eventos interesantes como la Fiesta de la Rosa de Cinco Pétalos, la Noche barroca y el Festival Internacional de Música.
Esta histórica ciudad está entre Brno y Praga, a 60 km de la capital. Sus rincones y atmósfera invitan a recordar parte de su época de esplendor, el glorioso pasado minero.
Estos son algunos de los panoramas que ofrece:
– Estación de tren, que contiene múltiples grabados y expresiones artísticas que revelan los rasgos característicos de la ciudad.
– Capilla de Santa Bárbara, reconocida iglesia gótica que data desde 1388.
– Osario de Sedlec, capilla católica muy famosa que se encuentra decorada con huesos humanos y a la que se accede bajando por unas anchas escaleras.
– También se puede recorrer la antigua mina de plata, visitar la Galería de Arte de Bohemia Central, probar platos típicos medievales en la taberna Dacicky y catar vinos blancos locales.
Planificar un viaje a Praga y otras localidades de la República Checa es una oportunidad maravillosa para admirar vestigios de siglos anteriores muy bien conservados, todo en medio de parajes que parecen haber salido de cuentos de hadas. Sin duda, una experiencia encantadora y muy entretenida.
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