Esperar en un aeropuerto durante una escala puede sentirse como tiempo perdido. Entre una y seis horas de aparente limbo que, a primera vista, solo parecen retrasar la llegada al destino final.
Lo bueno es que existen efectivas tácticas para convertir estos intervalos en espacios productivos dentro del viaje de negocios. Con el enfoque adecuado, incluso las escalas más largas pueden aportar valor al propósito general del viaje.
Con una planificación adecuada, estas pausas obligadas que pueden parecer una pérdida de tiempo pueden convertirse en momentos útiles. A continuación, se presentan varias formas de sacarles el mayor provecho durante un viaje de negocios:
La conectividad en aeropuertos suele ser impredecible, pero esto no tiene por qué ser un obstáculo. Al contrario, trabajar offline permite enfocarse en tareas que requieren concentración profunda: análisis de documentos, ajustes en presentaciones o revisión de informes pendientes.
La clave está en anticiparse: archivos descargados y dispositivos cargados antes de salir. El silencio relativo de un aeropuerto, lejos del ritmo frenético de la oficina, ofrece un ambiente sorprendentemente propicio para este tipo de trabajo.
Cuando el aeropuerto ofrece buena conexión, llega el momento de ponerse al día con las comunicaciones pendientes. No se trata solo de revisar correos: también se puede aprovechar para coordinar próximas reuniones, realizar llamadas o participar en sesiones virtuales breves.
Las aplicaciones móviles facilitan enormemente esta tarea. Sin embargo, resulta fundamental establecer prioridades. Una escala de dos horas no es el momento para intentar resolver todos los pendientes acumulados, sino de enfocarse en lo verdaderamente urgente e importante.
Los viajes de empresa con escala no solo deben verse como una oportunidad para trabajar, sino también como momentos para recargar energías tanto física como mentalmente. Caminar por el aeropuerto, realizar estiramientos o aprovechar áreas de relajación, como salas VIP o incluso pequeños spas en algunos aeropuertos internacionales, puede marcar una gran diferencia.
Dedicar unos minutos al autocuidado ayuda a reducir la fatiga del viaje y mejora la concentración para enfrentar las reuniones que aguardan. De hecho, es sabido que un equipo feliz puede mejorar la productividad de una empresa. Además, mantener una rutina de bienestar durante el viaje es clave para llegar fresco y con energía al destino, lo que puede impactar directamente en el éxito de las negociaciones.
Una de las maneras de potenciar el éxito de los viajes de empresa es a través del networking. Sobre todo los viajes con escalas en rutas internacionales, ya que allí se suelen reunir a profesionales de diversas industrias en un mismo lugar, y este tiempo puede ser ideal para entablar conversaciones con otros viajeros que compartan intereses similares.
Para ello, se pueden aprovechar los espacios de cowork y las salas VIP, que son terreno fértil para conexiones espontáneas. La clave está en mantener una actitud receptiva y algunas tarjetas de presentación a mano.
Los minutos previos al siguiente vuelo ofrecen una perspectiva única para repensar la agenda del viaje. Durante la espera, surge la oportunidad de identificar algunos ajustes, como que tal vez convenga adelantar una reunión o reubicar un almuerzo de trabajo para optimizar los traslados.
Estas revisiones de último momento, lejos del escritorio habitual, suelen revelar oportunidades que antes pasaron desapercibidas. A veces, basta un pequeño cambio en el cronograma para potenciar significativamente los resultados del viaje.
Aterrizar en una ciudad extranjera después de varias horas de vuelo puede resultar desorientador. Por eso, durante la escala, se pueden hacer esos chequeos que no se pudieron realizar antes de salir y que son importantes para llegar sin estrés: ¿está confirmada la reserva del hotel? ¿Cuál es la mejor ruta desde el aeropuerto?
Dedicar unos minutos a estas comprobaciones evita sorpresas desagradables y tener que lidiar con problemas de última hora.
Por supuesto, gestionar todos estos aspectos puede resultar abrumador para quien viaja. Por eso, empresas como Turavion, con casi 90 años de experiencia en el mercado, han desarrollado un sistema integral que va más allá de las reservas básicas. Su enfoque abarca desde la planificación estratégica de las escalas hasta el seguimiento en tiempo real de cada etapa del viaje, permitiendo que los ejecutivos se concentren en sus metas de negocios.
Cuando cada detalle del viaje está en manos expertas, desde la elección de los horarios de vuelo hasta la ubicación de las escalas, no solo se optimiza el tiempo y los recursos, sino que se genera un impacto directo en la eficiencia del equipo. Finalmente, contar con un aliado especializado en viajes corporativos resulta fundamental para mejorar la productividad de una empresa.